Lobesia botrana o Polilla de la Vid presenta un ciclo de 3 generaciones por temporada, con diferente cantidad de individuos cada una. El desarrollo de este ciclo depende de factores como el fotoperiodo, temperatura, humedad, tipo de alimentación y microclimas presentes en las zonas, comenzando poco antes de la primavera junto a la brotación de vid vinífera y alcanza su mayor densidad durante la floración de la vid, prolongándose hasta inicios del otoño en regiones centrales. El factor que más se ha estudiado para poder modelar el crecimiento de Lobesia es la acumulación de días-grados, presentando una temperatura umbral de 10° C aproximadamente, lo que quiere decir que bajo esta temperatura no hay desarrollo del insecto y sobre los 10 ° C se comienzan a acumular, observándose que para el inicio de la eclosión de los huevos se necesita una acumulación de 66 días-grados, para el desarrollo de la primera generación larvaria se requieren 170 días-grados, y 255 para la segunda generación, estos valores son solo una referencia debido a los otros factores que influyen también en el desarrollo del ciclo. El valor más importante es cuando alcanza los 140 días-grados y es donde ocurre el peak del primer vuelo, pero esto también se ve afectado por bajas temperaturas y lluvias primaverales que afectan a la primera generación e influyen en las siguientes. La fase larvaria se ve afectada con temperaturas bajo 8° C y sobre los 34°C especialmente si el verano es cálido y seco con humedad relativa bajo 40 % acortándola vida de los adultos y reduciendo sus posturas.
Nuestra tecnología permite monitorar el número de individuos captados en una trampa de feromona mientras mide variables climáticas como la humedad y temperatura, de manera de perfilar el grados-día para la zona específica donde se hizo la medición.
Los adultos de la polilla europeo están inactivos durante el día, protegiéndose del viento y la luz solar, sus vuelos son desde la puesta de sol hasta que obscurece totalmente, y pueden desplazarse larga distancias solo con ayuda del viento llegando hasta los 140 metros, siendo más activo el vuelo en machos que en hembras y a una distancia de 50 a 75m, principalmente por motivo sexual, nutricional o en búsqueda de sitios para ovipostura. Todos estos datos son en base a monitoreo con trampas de feronoma sexual.